jueves, 29 de julio de 2010

CUANDO CAE UN PILAR

Familia. La mera mención de la palabra, evoca todo lo que significa. Para muchos la familia lo es todo. Padre, madre, hermanos, hijos... seres queridos. Los pilares sobre los que se sostiene nuestra vida. La familia es amor. Unión. Apoyo. Seguridad. Confianza. Todo.
La vida es un camino y durante el trayecto del mismo, la persona se relaciona con otras muchas personas. Algunas nos acompañan siempre, y otras tras avanzar a nuestro lado determinados tramos, se distancian de nosotros. Los caminos de cada uno se separan, y las personas se alejan. Pero en la familia, aunque cada uno siga caminos diferentes, no hay distancia, porque allá dónde vayamos, la familia aunque no esté físicamente junto a nosotros, está ahí. Sea cual sea el rumbo que tome nuestra vida, porque la familia, además del todo, es incondicional.
¿Pero qué pasa cuando un pilar se cae? ¿Qué pasa cuando uno de esos seres a los que tanto queremos, nos demuestra que no está ahí cuando más le necesitamos? ¿Qué pasa cuando sentimos que nuestro ser querido ya no nos quiere?. Porque esto, ocurre. Hay familias cuya esencia no es para sus miembros, el todo que supuestamente debería ser. Hay hermanos que se tienen envidia el uno del otro. Hay hermanos que dejan de hablarse. Hay madres que riñen con sus hijas y se alejan la una de la otra. No siempre la familia unida permanece unida. Hay seres que tratan de hacer todo lo que esté en sus manos para que la familia mantenga sus lazos bien atados, pero pese a sus esfuerzos, cuando un pilar se rompe, acaba cayendo desatando un lazo y quebrando el poder de la familia. Y cuando uno descubre que está solo y que no puede acudir a ese ser al que siempre ha querido porque ya no está ahí, cuando eso ocurre, es posible que las cosas ya nunca vuelvan a ser como fueron alguna vez. Porque cuando nuestro ser querido no nos quiere, el espiral de emociones que se produce en nuestro interior en un principio puede causar aturdimiento y desconcierto, pero cuando la mente lo asimila, en el corazón queda la tristeza y el vacío. Nadie quiere que esto ocurra, pero a veces ocurre y cuando ocurre, pues la vida tiene un pilar menos.

jueves, 22 de julio de 2010

LOS VECINOS

Vecinos. Unos viven sobre nuestro techo. Otros viven bajo nuestro suelo. Y otros en el piso de al lado. Vidas que tienen lugar, tras paredes de ladrillo y cemento. Mientras tú cenas viendo la tele, tus vecinos también están cenando y puede que vean el mismo canal que tú. Mientras tú estás durmiendo, tus vecinos también duermen. Y cuando te despierta el despertador por las mañanas, sus despertadores también les despiertan a ellos. Te los cruzas en el ascensor, y con el sueño aún reflejado en el rostro, das los "buenos días" con educación. Al final de la jornada te los vuelves a cruzar, y comentas con ellos las sensaciones que el tiempo te provoca. Que si hace calor. Que si en la calle no se puede estar. Y que eso, que hasta luego. Y entras en tu casa, y cierras la puerta, y en ocasiones te llegan a los oídos, sonidos procedentes de esas vidas que transcurren en la puerta de al lado. Una tele demasiado alta. El ruido de una silla al ser arrastrada en el piso de arriba. Una cisterna que se vacía. El nombre de alguien pronunciado con fuerza. Y muchos más sonidos que la vida cotidiana produce; la vida misma; la nuestra y la de nuestros vecinos. Vidas que se suceden junto a las nuestras, día tras día, pero cuya relación con nosotros, se limita a un "buenos días y buenas tardes", porque aunque vivan muy cerca, no podrían estar más lejos.
Escribo esta entrada porque hoy me he enterado del fallecimiento de mi vecino el Sr. Vicente. Murió hace quince días y yo no me he enterado hasta hoy. Al caer en la cuenta, mientras realizaba mis tareas domésticas, de la cantidad de días en que no se oye nada procedente del piso de arriba, he llamado a la puerta de otra vecina, que me lo ha contado. También se enteró por casualidad, porque se cruzó con su mujer el día en que ésta había venido a recoger unas cosas para marcharse a casa de su hija unos días. Cómo es la vida. El señor Vicente. En los cinco años que llevo aquí viviendo, me habré cruzado con él, un máximo de diez veces. Era un hombre mayor, y se conoce que la enfermedad de corazón que padecía, ha terminado con él. No me asombra nada lo poco que lo conocía, porque aunque vivía sobre mi techo, los vecindarios son así. Los vecinos apenas se relacionan entre sí. Apenas hablan de nada. Yo sólo sabía que estaba enfermo, y que se levantaba tarde por las mañanas. Y esto último lo sabía a causa de los ruidos cotidianos mencionados que traspasan las paredes. Y ahora ya no está. Alguien que estaba ahí, siempre en su casa; mi vecino. Tan natural, tan desconocido. Pobrecito. Y su mujer volverá, seguirá viviendo en el piso de arriba, día tras día, y yo oiré el arrastrar las sillas cuando hace limpieza, y me cruzaré con ella en la escalera dos o tres veces al año. Y comentaremos qué tiempo hace. Porque la una de la otra somos vecinas.

lunes, 19 de julio de 2010

CARLA

A veces cuando nos encontramos con una persona por primera vez en nuestra vida, nos puede resultar indiferente, puede no resultarnos simpática o puede causarnos una buena impresión. El día que me presentaron a Carla me impresionó su seguridad en sí misma, su simpatía y su amabilidad. Carla es la mejor amiga de mi prima Susi y este encuentro del que hablo se produjo hace ya unos tres años. Carla por aquel entonces se hallaba entregada al cuidado de su hijita que contaba con unos pocos meses. Tenía también un niño de ocho años. Carla en el amor no había tenido suerte, pero estaba contenta pues cada uno de sus dos amores le había dejado un retoño. Recuerdo cómo hablaba de su vuelta al trabajo cómo peluquera, de su futura dieta para recuperar sus figura, de su juventud y de todas las cosas que quería hacer. Yo estaba fascinada. La veía ahí, a sus veinticuatro años, sola con sus dos hijos y la veía segura, positiva, enérgica, alegre. Me causó muy buena impresión y hasta deseé parecerme un poco a ella.
Unas semanas más tarde, vino a verme mi prima a casa, y hablando de todo un poco, salió el nombre de su amiga. Mi prima, que no se ha librado de la vena cotilla que tiene toda mi familia, me reveló que Carla aunque había estudiado peluquería, no ejercía, y que en realidad su trabajo era el de stripper; que íba a empezar un estricto régimen para volver a la faena. Yo me quedé boquiabierta. Nunca antes había conocido a ninguna mujer que hiciera striptease y se desnudara ante los hombres por dinero. No entendí esa elección de trabajo. De vida. Seguro que Carla tenía cualidades de sobra para realizar cualquier otro trabajo que fuera digno y pudiera ser ejercido abiertamente. Mi prima dijo que Carla era un animal nocturno, y que el striptease era digno y que simplemente bailaba y enseñaba las tetas. Y nada más. La explicación de la Susi no me quitó el asombro.
El otro día quedé con mi prima y hablando de todo un poco le pregunté por Carla. Me contó que además de stripper ahora es puta. Vaya. Me resulta increíble que una chica tan encantadora se dedique al trabajo más sórdido del mundo. Y lo hace voluntariamente. La Susi dice que según Carla, así gana mucho más que en cualquier peluquería y trabaja menos horas y en el horario que ella prefiera. En esto mi prima y yo opinamos igual. No lo entendemos.
Carla. Joven. Guapa. Optimista. Una chica normal. Simpática. Una Puta.

jueves, 15 de julio de 2010

MUJERES RICAS

Esta noche la tele es mía. Emiten un nuevo programa de "Mujeres Ricas", y yo como cada jueves, me sentaré cómodamente en el sofá, y lo veré felizmente tomándome una horchata helada, que para eso es mi momento. La vida de los ricos está de moda en televisión; ver cómo viven los que no son como yo, me despierta siempre una gran curiosidad. En esta ocasión, ver a las ricas comprándose modelazos, sometiéndose a carísimos tratamientos faciales , celebrando glamurosas fiestas benéficas, brindando con champagne por la vida, y dedicándose cumplidos constantemente las unas a las otras me hace a mi, pasar un buen ratito delante de la televisión porque me encanta este programa.
Criticar a las ricas y sus derroches es fácil. Pero bien miradas, y sin tener en cuenta sus cuentas corrientes, no son tan distintas de muchas de nosotras. La ropa, los bolsos y los zapatos, nos gustan a todas, ya compremos en tiendas exclusivas, en Zara, en grandes almacenes o en el mercadito de toda la vida. Nos gustan las cosas bonitas. Y nos gusta estar bonitas. ¿Y a qué mujer no le gusta cuidarse la piel? vale que no todas nos podemos gastar dos mil euros en un tratamiento en el que mediante muchos pinchacitos en el rostro te inyectan no sé qué sustancia que te va a dejar la piel ma-ra-vi-llo-sa, pero seguro que todas tenemos nuestras cremitas para hidratarnos y retrasar la aparición de las arrugas de las que ni nosotras, ni las ricas nos podemos escapar. Hablar de cremas y potingues gusta. La mujer se cuida la piel desde tiempos inmemoriales, y si no que le pregunten a Cleopatra. La mujer es presumida, y lo es al margen del dinero que posea. De hecho la coquetería femenina, suele hacer sus pinitos en la más tierna infancia, que a una niña le pintan las uñas y la peinan colocándole unos ganchitos bonitos, y se siente guapa. Y se mira sonriente en el espejo. Le gusta. Porque las mujeres somos así desde siempre. Por eso me gusta Mujeres Ricas. Porque es un programa en el que la mujer es ante todo mujer, y ellas en su ostentación, no dejan de ser mujeres que se preocupan por mostrar su mejor imagen, por sacarse el mejor partido y por abastecerse de lo que más las va a favorecer. ¿Narcisistas?... puede. ¿Frívolas?... quizás. Mujeres ... seguro.

martes, 6 de julio de 2010

¿SE PUEDE SER GORDO Y FELIZ?


NOTA: GORDURA, QUE NO OBESIDAD MÓRBIDA.

Hace un par de semanas, me hallaba yo un sábado por la noche, pintándome las uñas sentada a la mesa de mi cocina, y viendo mientras tanto el programa LA NORIA, cuando el debate que tuvo lugar me enganchó desde el principio. La pregunta planteada a tal fin fue: ¿Se puede ser gordo y feliz?. Uno de los contertulios era el ex-bailarín de Norma Duval que ha escrito un libro en el que cuenta su experiencia vivida en relación a su operación de estómago. Al parecer él engordó muchísimos kilos, se operó el estómago y ahora está delgado gracias a la operación y a la dieta. Niega tajantemente que se pueda ser gordo y feliz. Afirma que el sobrepeso es una enfermedad y que no se puede ser feliz con esa enfermedad. En la mesa de debate se encontraba una mujer cuya profesión era modelo de tallas grandes y que presumía de ser feliz con su sobrepeso y de estar orgullosa de sí misma. A un público en el que predominaban las tallas grandes, el presentador, Jordi González, pidió que levantaran la mano aquéllas personas a las que si se les diera la opción de tomarse esa misma noche una pastilla que hiciera que al día siguiente se levantaran de la cama pesando diez kilos menos, no dudarían en tomarla. Una aplastante mayoría levantó la mano. Y la modelo de tallas grandes comparó esta hipotética oferta de Jordi, a ofrecerles levantarse al día siguiente con un cochazo (no recuerdo que marca de coche dijo) en la puerta de sus casas. Que nadie rechazaría semejante regalo, añadió. Jordi dijo que ambas ofertas no eran comparables. Yo estoy con Jordi. No son comparables. Visto de otra forma, si a mi me ofrecieran una pastilla que al tomarla hiciera que me despertara al día siguiente con diez kilos DE MÁS, mi respuesta sin duda ninguna sería que no. Y creo que coincidiría con la de cualquiera, ya fueran gordos o flacos. Pienso que sí que se puede ser gordo y feliz, pero también pienso que si se puede elegir, nadie quiere ser gordo. También es posible que la modelo de tallas grandes sea una persona realmente feliz, que se acepta tal y como es, y que no se lamenta en absoluto de sus carnes de más, y que yo por ejemplo, me queje y me esfuerce por perder ese par de kilos que me sobran. Sí, a una persona cualquiera le pueden amargar más tres kilos de más, que a otra treinta. En mi familia política, hay una modelo de tallas grandes, y es una mujer de mediana edad, guapísima y feliz.v Y sí, está gorda, pero viste muy bien, y se arregla, y no es nada desagradable a la vista. En absoluto. Y cómo no, también hay tallas treinta y séis, que viven pendientes de la báscula. ¿Quién es más feliz?, la gorda que se acepta tal y como es, porque sabe que engorda más que el resto de la gente y que por más que lo intente es gorda, ó la flaca, que luce figura consciente de que gusta y es aceptada en sociedad y todas quieren ser como ella y si come más de la cuenta y coge un par de kilos, se amarga y se obsesiona y no está tranquila hasta que los pierde? ... supongo que ése es otro debate. A la pregunta inicial de si se puede ser gordo y feliz, yo respondería que sí, si no te afecta lo que piensen de ti los demás. Sí, porque la felicidad la da el amor, y el amor y la gordura no están reñidos. Sí, porque la infelicidad no es una consecuencia de la gordura. La felicidad es un estado mental no de volumen. Y sí, porque lo son. Hay personas gordas felices, porque sus vidas son plenas y no les falta lo que da la felicidad. Y ya sólo me queda añadir, que no sé quién es nadie para negar que una persona gorda pueda ser feliz.

viernes, 2 de julio de 2010

CUMPLE-BLOG Y MEME

Ayer cumplí un año de blog. Vaya. Un año ya. Me siento orgullosa de seguir aquí. Y tengo muchas ganas de más. Me siento agradecida por las amistades que he hecho. Agradecida y afortunada. Cuando abrí el blog, no sabía si lo íba a mantener mucho tiempo. No sabía de qué íba a escribir. No sabía qué íba a significar para mí. Y sinceramente afirmo que el blog es muy especial, y es gracias a vosotr@s. Leeros cada día, y poder comentaros con total confianza, me hace feliz. Escribir mis puntos de vista, o mis preocupaciones, y que me déis vuestra opinión, me gusta, y a veces me hace ver las cosas de otra manera. Formar parte de este mundo en el que cada un@ desde su casa, desde su PC, comunica, imagina, comparte y da, me proporciona satisfacción y orgullo. Confieso que me encantaría seguir aquí mucho más tiempo, y seguir leyéndoos, y seguir escribiendo. El tiempo dirá. Pero sea lo que sea, el ahora es lo que cuenta, y ahora estoy aquí, feliz y encantada de formar parte de esto. Y para celebrar mi cumple-blog... ¡¡un meme!! que con su permiso me traigo del blog de mi querida Dany Girl:

1- ¿Tienes un Diario? Sí, pero no para escribir diariamente. Ocasionalmente, escribo en una libreta que no considero un Diario, pero sí podría serlo...
2- ¿Crees en el amor? Sobre todas las cosas. El amor todo lo puede y no se puede vivir sin él.
3- ¿Sabes cocinar? Sí, pero tengo mucho que aprender todavía. Me declaro perezosa a la hora de cocinar platos nuevos.
4- ¿Te quieres casar? Ya lo estoy. Y si volviera atrás en el tiempo, volvería a hacerlo.
5- ¿Te gustan las tormentas? Me encantan. Me encanta ver llover. Me encanta el sonido de la lluvia y también el olor que dejan después.
6- ¿Podrías comer un gusano? Uff... no sé... podría beber de la botella esa que contiene el gusano, pero al notarlo en la boca, no sé si podría tragarlo... creo que me daría una arcada y lo escupiría...eso es lo que pasaría... vaya preguntita...:-)
7- ¿Te consideras pijo o pija? No soy pija pero me encantaría.. A mi me regalan un bolso de Louis Vuitton y me vuelvo loca de felicidad ;-)
8- ¿Perdonarías una infidelidad? Creo que no.
9- ¿Aprendiste a montar en bicicleta? Sí. De hecho montar en bicicleta me hacía sentir libre y feliz, y lo hecho de menos. Hace unos años me compré una bici, pero no la he utilizado casi. Ahí la tengo muerta de asco y llena de polvo...
10- ¿Te has quedado dormida en público? Lo normal. Alguna cabezadita en el autobús ó en la sala de espera de algún médico...
11- ¿Te atreves a cantar en un karaoke? Desde siempre he sido tímida y vergonzosa, así que creo que no me saldría la voz. Una vez aquí en casa jugamos a un juego de karaoke con los amigos, y mientras yo cantaba con mi amiga, nos grabaron con el móvil, y mira que yo creía que cantaba bien, pero cuando me ví se me oía una vocecilla... nada. La vergüenza...
12- ¿Podrías ser vegetariana? Solo en caso de vida o muerte.
13- ¿Te has pasado una noche bailando sin parar? Sííí!!
14- ¿Has perdido alguna vez tus llaves? De pequeña. Y no lo olvidaré nunca, que mis padres me sermonearon lo indecible... Ahora soy paranoica contra la pérdida de llaves. Si alguna vez las perdiera mi primera llamada sería al cerrajero..
15- ¿Eres de las que le gusta la coca-cola? Siempre Coca-Cola..
16- ¿Tienes carné de conducir? Sip. Y recién renovado. Eso sí, me lo saqué y solo conduje durante los dos primeros años. Ahora me muevo con el transporte público, que para donde trabajo me viene mejor. Y no echo de menos conducir por si me lo preguntas...
17- ¿Te gustaría saber el día de tu muerte? NO.
18- ¿Has subido a un helicóptero? No.
19- ¿Podrías matar a alguien? Supongo que sí... ¡¡ y espero que no!! :-) :-)

Uff, que largo es este meme.... ale, continúo..

20- ¿Aprendiste a nadar? Sí. Ahora mismo me tiraría a una piscina a nadar un rato..
21- ¿Te gustaría tener un pene o unos pechos más grandes? Pues si me despertara mañana con una talla más de pecho.. no me importaría la verdad..
22- ¿Roncas? No.
23- ¿Lloraste con Titanic? No.
24-¿Te emborrachaste alguna vez? ¡¡Síí!!
25- ¿Olvidaste el cumpleaños de alguien querido? Pues no se me suelen pasar...
26-¿Te has quedado en blanco en un exámen?.. Fuí en blanc
33o a algún exámen...
27-¿Has viajado en barco? No :-(
28- ¿Has dado o recibido alguna patada en los huevos? No.
29- ¿Te han robado la cartera?No y toco madera..
30- ¿Has pasado la noche en un calabozo? No y ni ganas.. :-)
31- ¿Te has desmayado alguna vez? Si. Las típicas lipotimias...
32-¿Te fuiste sin pagar de algún bar o restaurante? No.
33-¿Has escrito cartas de amor? Si. Romántica que es una..
34- ¿Pagarías por sexo? Creo y espero que no.
35- ¿Morirías por amor? Que no es lo mismo que Morir de Amor ( Dany Girl que entendí mal la pregunta)..... pues daría mi vida por mis seres más queridos.

Y con esto creo que ya lo sabéis TODO sobre mí.. :-):-):-)

Feliz fin de semana.